LOS ÁNGELES, CA — El productor y cineasta Tyler Perry fue demandado por 260 millones de dólares tras ser acusado de años de acoso sexual, agresión y represalias por el actor Derek Dixon, integrante de la serie de BET “The Oval”.
La demanda contra Tyler Perry, presentada el 13 de junio ante la Corte Superior de Los Ángeles, también involucra a sus compañías TPS Production Services y And Action LLC, además de 50 demandados anónimos.
Según la demanda, Perry habría usado su influencia en la industria para “crear una dinámica coercitiva y sexualmente explotadora” con Dixon. El actor afirma que el primer acercamiento ocurrió en 2019, durante un evento privado en los estudios de Perry en Atlanta, donde le prometió oportunidades de actuación y, posteriormente, lo contrató en un papel recurrente en “The Oval”.
Con el tiempo, asegura, las conductas inapropiadas escalaron a mensajes sugestivos, manoseos y varias agresiones sexuales, incluida una ocasión en la que fue inmovilizado contra una pared dentro del tráiler de Perry.
Dixon sostiene que Perry ofreció producir su proyecto piloto “Losing It” a cambio de favores sexuales. Cuando el actor se negó, su personaje fue eliminado o amenazado con serlo, y, tras una queja formal, el equipo de Perry le sugirió tomar licencia médica para luego despedirlo sin sueldo. Dixon calcula que perdió alrededor de 400 000 dólares en ingresos.
La demanda incluye diez causas de acción, entre ellas agresión sexual, acoso sexual, violencia de género en el lugar de trabajo y represalias, amparadas por la Ley de Derechos Civiles de Empleo y Vivienda de California (FEHA). También se acoge a la Ley de Responsabilidad por Abuso Sexual y Encubrimiento del estado, que revive reclamaciones fuera de plazo.
El abogado de Perry calificó la denuncia como un “montaje” y afirmó que las acusaciones “fabricadas” fracasarán en los tribunales, asegurando que su cliente no se dejará extorsionar.
Además de daños compensatorios y honorarios legales, Dixon solicita medidas cautelares y daños punitivos, por lo que describe como una conducta “intencional, maliciosa y despreciable” por parte de Perry y sus empresas. El proceso judicial recién comienza y podrían surgir nuevas revelaciones en las próximas semanas.