
El dolor era palpable en la sala del tribunal cuando los cinco hijos de Tina Smith, de 54 años, sostenían con fuerza las fotos de su madre, buscando aferrarse a su recuerdo. Tina, una mujer llena de vida y amor por su familia, fue atropellada mortalmente el pasado fin de semana en National City. El acusado, Jamal Lee, de 27 años, no solo la arrolló mientras cruzaba la calle, sino que la dejó atrás, huyendo de la escena del accidente.
“Es una montaña rusa de emociones. Nada de esto está bien”, dijo Amber Jackson, una de las hijas de Tina. “Solo queremos despedirla en paz”, agregó su hermana, Jazelle.
El impacto de su pérdida es devastador. Tina no era solo una madre, era el alma de su familia. Sus hijos y nietos la recuerdan con su característica sonrisa, esa que iluminaba cualquier habitación. “Cuando ella sonreía, todos sonreíamos”, dijo Jazelle entre lágrimas.
Los fiscales aseguran que Lee conducía ebrio, con un nivel de alcohol en sangre de 0.186, más del doble del límite permitido. Testigos lo vieron manejar a alta velocidad antes de atropellar a Tina y continuar su camino hasta su apartamento, donde se quedó dormido. Un buen samaritano lo siguió, tomó fotos de su vehículo dañado y proporcionó la información a la policía, permitiendo su captura.
La jueza Yvonne Campos ordenó que Lee permanezca detenido sin derecho a fianza, al considerar que representa un peligro para la comunidad. Su próxima audiencia será el 17 de abril.
Mientras tanto, la familia espera justicia por la muerte injusta de Tina Smith y se enfrenta al terrible dolor de aprender a vivir sin su madre. “Quisiéramos tenerla de vuelta, pero sabemos que no podemos”, dijo Jazelle. Ahora, su único consuelo es darle un último adiós con la dignidad y el amor que ella siempre les dio.